Tengo un nuevo juguete *--*

Sólo diré que sonrío al pensar en tu muerte, en cómo poco a poco te retuerces en el suelo, ahogándote en tu propia sangre, tras haber sufrido uno de mis ataques. Uno de los débiles. Uno insignificante que se basa en un sinfín de torturas.
Cuando no mires, serás apaleado con una silla. Y no una silla cualquiera. Una silla con la que soñarás el resto de tu vida. Una silla hecha de metal. Metal que se te clavará en la espalda, golpe a golpe.
Luego, disfrutarás de torceduras de brazo. Una por cada vez que me has hecho llorar, una por cada vez que me has hecho sufrir, una por cada vez que has hecho sufrir a mis seres queridos. En fin, acabarás con los brazos destrozados antes de que acabe con las veces que me has hecho llorar. Te acuchillaré levemente la piel, sin causar heridas profundas. Lo suficiente para que chilles de dolor y no te desangres. Cada herida en su punto, para después quemártelas y disfrutar de tu agonía.
Disfrutaré de cada palabra que digas. De cada petición de muerte que hagas. Cumpliré con esa petición, al final de tu vida. No dejaré de torturarte jamás. Me aseguraré que recuerdes quién soy, para que así nunca olvides todas las mentiras dichas. Jamás volverás a ser el mismo. Huirás de mi eternamente, pero siempre te encontraré. Nadie te creerá, ya que puedo llegar a manipular seres solo con tal de verte llorar por piedad.
Cada vez que pronuncies mi nombre, te castigaré, y así no te atreverás a decirlo. Será tu mayor miedo, será tu sueño de cada día, será tu futuro, lo seré todo para ti, pero esta vez en el sentido contrario. Nada de amor, sólo terror.


Corre David, corre. No podrás escapar. 




(Me da igual si lo lees)